martes, 10 de agosto de 2010

Desnudándonos


Y seremos el canto de los pájaros, que revolotean por las prosas de un escritor vagabundo.

Seremos paciencia de los pasos acelerados en una contingente espera, que en verdad no existe.

Seremos fieles, fieles del encanto que fulmina en los instantes sin recelo, ignorando la suspicaz malicia de las sobras.

Seremos, entre tanto, la delicadeza de la luna, candente y alterna, haciendo tacto a los más frágiles besos, que motivan aquel brillo.

Nos distinguiremos entre las miradas ausentes que destellan el vacío por un punto sin retorno.

Nos diluiremos en el más híbrido conjunto de almas desahuciadas que reclaman a viva voz el aliento que se silencia por las noches.

Alzaremos los brazos, el sudor de un trajín de mañana y sentiremos la vibración de la tierra, el compás de las risas, la causalidad de los encuentros.

Y nos rendiremos. Nos rendiremos a ese inmediato goce que depara lo que nos mantuvo vivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario